martes, 6 de diciembre de 2016

DÍAS SIN CONCIENCIA

Mala noche de sábanas y pensamientos. Una especie de fiebre dolorosa me invade, presagio, tal vez, de otra fiebre peor. Me viene a la cabeza en el ensueño el final de "Esperando a Godot": "Vladimir: ¡Qué! ¿Nos vamos. Estragón: Sí, vámonos". No se mueven.
No se mueve "Bartleby el escribiente", ni abandona nunca la oficina, en realidad se ha quedado a vivir allí. Poco después, Bartleby decide no escribir más, por lo cual es despedido. Pero se niega a irse, y continúa viviendo en la oficina. No se mueve Melville, ni se mueve la nada que nos rodea convertida en Estragón "Gogo" y Vladimir "Didi".... esperando el autobús...
 Reconozco que la jornada se hace larga, sin sosiego deambulo por la soledad del caminante. He descubierto, en mis largas travesías, paseos sudorosos,  puedo abstraerme del todo y crear historias de ocasión. Aún así pienso como Kafka..."si no soy capaz de dormir como es debido, ¿Cómo seré capaz de escribir como es debido alguna vez?. Y si no soy capaz de esto, entonces todo es un sueño, y además un sueño atravesado con la mirada.......... pasarme las noches escribiendo como un loco, eso es lo único que quiero. Y que ello me haga derrumbarme aniquilado, o volverme loco, eso lo quiero también, porque es la consecuencia necesaria y durante largo tiempo presentida...."
 Aún el sol no alcanza sus objetivos finales, reloj quieto, dependiente de aristas fijas.
Pienso en ti, claro, como no habría de hacerlo. Paso horas así, ensimismado con imágenes que curiosamente acaban disolviéndose en una suerte de lienzo aceitoso. En ese lado pringoso estamos juntos, manchados, sucios, disueltos en aguarrás, desnudos, desvanecidos uno contra el otro sobre la imaginaria pared desconchada.
Con este relato inacabado acabo la rutina: abro la ventana y entra el frío aire del otoño estampándose contra mi cara. ... Diciembre muerde.



No hay comentarios:

Publicar un comentario